Federico García Lorca y La Barraca (II)

 

LA BARRACA DE FEDERICO GARCÍA LORCA (2ª parte)

El 22 y 23 de mayo de 1932 el poeta acompaña a Fernando de los Ríos en su visita oficial a dos pueblos sorianos, Torrearévalo y San Leonardo (todavía no le habían añadido el de Yagüe). Querían tantear la reacción de las autoridades locales ante la posibilidad de que aquellas tierras fueran las elegidas para las representaciones inaugurales del grupo teatral universitario. Las tierras machadianas satisfacen al ministro y al poeta.

 

La mañana del 10 de Julio de 1932 la caravana partió de Madrid hacia El Burgo de Osma, localidad soriana, primer destino de La Barraca. El grupo contaba con un camión Chevrolet, donde iba el escenario portátil, los decorados y demás utensilios; dos coches con chóferes del Cuerpo de Policía llevaban a los estudiantes, además de varios coches particulares. A las cinco de la tarde llegaron a la ciudad soriana. Allí les esperaban las autoridades. Montaron el escenario en la bella plaza del siglo XVII. A las diez comenzó la representación, seguida por numeroso público. Lorca salió al escenario para explicar los objetivos del Teatro Universitario y agradecer la asistencia a esta primera representación. La Cueva de Salamanca, Los dos habladores y La guarda cuidadosa fueron las obras elegidas. Al acabar la representación, Lorca habló con los periodistas venidos desde Madrid.

La barraca almazan    

El día 11 de Julio llegaron a San Leonardo donde el tiempo lluvioso impidió la actuación al aire libre. El 12 actuaron en Vinuesa, lugar evocado en La Tierra de Alvargonzález. Aquí los barracos, jóvenes universitarios de dieciocho a veinte años, fueron recibidos al grito de ¡comunistas! En algunos comercios se negaron a venderles comida. Pero después de la representación la hostilidad inicial se tornó en alabanzas. Al día siguiente llegaron a Soria ciudad. La representación debía tener lugar en la plaza, pero el tiempo no lo permitió. Hubieron de actuar en el teatro Principal, que insistió en cobrar las entradas. Los periódicos sorianos, en su mayoría derechistas, lanzaron ataques contra el grupo. No comprendían que el Teatro Universitario, subvencionado por el Gobierno, cobrara entradas al público. Los jóvenes barracos negaron haberse llevado una peseta. Las entradas cobradas eran dinero para los dueños del teatro Principal. Anunciaron que al día siguiente darían una representación gratuita en la plaza. Pero el tiempo otra vez estropeó la función. Se tomó la decisión de actuar en el ábside de la iglesia románica de San Juan de Duero. Aquí representaron La vida es sueño.  Al poco de empezar, comenzaron las protestas de un grupo de exaltados. Lorca tuvo que salir dos veces al escenario a pedir silencio. El mismo Lorca representó el personaje de la Sombra. Al salir al escenario fue interrumpido por los alborotadores. Hubo que llamar a la policía para escoltar a los barracos ante el peligro de que fueran atacados los vehículos. Los reventadores eran estudiantes monárquicos venidos expresamente de Madrid para hacer fracasar la primera actuación del Teatro Universitario en una capital de provincias.

 

Afortunadamente no ocurrió lo mismo en los otros pueblos sorianos. En Almazán empezó a llover poco después del inicio de la representación en la plaza mayor, con el palacio de los Hurtado de Mendoza y la iglesia de San Miguel del siglo XII de testigos. Pero el público aguantó en su sitio hasta el final, emocionado, concentrado en lo que sobre el escenario se representaba. Aquí acompañaron al grupo el ministro Fernando de los Ríos y el poeta Dámaso Alonso. La acogida fue igual de exitosa en el pueblo soriano de Ágreda. De regreso a Madrid se produjo el único accidente de tráfico que sufrieron en los años que duró La Barraca. Cerca de Medinaceli uno de los coches volcó en una curva. Varios estudiantes sufrieron heridas.

(Continuará)

 

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