Federico García Lorca y La Barraca (I)

LA BARRACA DE FEDERICO G. LORCA (1ª parte)

 

La expansión de la cultura fue uno de los objetivos primordiales de la República en sus inicios. Los nuevos gobernantes estaban decididos a acabar con el monopolio de la enseñanza en manos de la Iglesia. Querían crear un sistema educativo capaz de hacer frente al atraso cultural del país. En 1931 más de un tercio de los españoles eran analfabetos. En 1932 se abrieron 2580 escuelas nuevas y otras 3990 en 1933. El bienio negro, los dos años de gobierno de la derecha, paró la tendencia.

La barraca

No se trataba de abrir escuelas solamente. Había que mejorar el nivel intelectual de los maestros, muy mal pagados. Se elevaron en un 50% los salarios y se crearon 5000 nuevas plazas. Las Misiones Pedagógicas, fundadas por la República en mayo de 1931, fue otro de los logros culturales. Tenían como objetivo llevar la cultura a los rincones menos privilegiados del país con obras de teatro y conciertos, colaborando con los maestros, organizando exposiciones y conferencias sobre arte, abriendo bibliotecas públicas, proyectando películas. Llevando la esperanza a comunidades que a veces daban la impresión de vivir en la prehistoria.

 

Así surgió el proyecto de un teatro ambulante universitario, La Barraca. El poeta granadino Federico García Lorca, amigo de Fernando de los Ríos, ministro de Justicia y posteriormente de Instrucción Pública del gobierno republicano, fue nombrado director artístico. La Federación Universitaria Escolar patrocinó esta idea, que representaba una enorme aventura: crear un teatro ambulante universitario para interpretar obras clásicas por los pueblos de la España rural. Si los republicanos estaban ilusionados con La Barraca, los de la derecha atacaron el proyecto desde el principio, tachándolo de propaganda marxista, inspirada por el masón, ateo y judío De los Ríos.

 

Los actores estudiantes que se presentaron a las pruebas eran mayoritariamente del Instituto-Escuela, centro progresista inspirado en la Institución Libre de Enseñanza y vinculado a la Residencia de Estudiantes. Engrosaron el grupo teatral escenógrafos, figurinistas, pintores, carpinteros, conductores…

 

El decorado medía ocho por ocho metros y se podía desmontar con prontitud. El uniforme de los miembros del grupo teatral era un mono azul para los chicos y un vestido azul y blanco para las chicas. Tenía que ver con el espíritu de la primera cláusula de la nueva Constitución, que declaraba que España era un República democrática de trabajadores de toda clase.


Se seleccionaron tres entremeses de Cervantes para las primeras representaciones. Después se añadiría el auto sacramental La vida es sueño y El gran teatro del mundo de Calderón de la Barca, entremeses de Lope de Rueda, obras de Juan del Enzina, Fuenteovejuna de Lope de Vega, El burlador de Sevilla de Tirso de Molina, el poema La tierra de Alvargonzález de Antonio Machado y la única obra moderna, La historia del soldado de Charles F. Ramuz, con música de Stravinski. Lorca exigía una gran concentración a los actores, llamados los barracos, en los ensayos. Les insistía en cómo debían moverse por el escenario y les exigía una clara pronunciación. Su hermana pequeña Isabel formó parte del elenco en alguna de las representaciones.

(Continuará)

 

 

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Comentarios (1)

Lewis H.
  • 1. Lewis H. | 06/07/2017
Interesante artículo para los estudiosos de Lorca. Gracias.

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