Efectos de la gran hambruna

EFECTOS DE LA GRAN HAMBRUNA: LAS COLAS DEL HAMBRE

Mientras los pobres se morían de hambre, grandes cantidades de grano y carne se exportaban de Irlanda. La visión de los alimentos saliendo de los puertos irlandeses era insoportable para los hambrientos, que comenzaron sus protestas callejeras. Sin embargo, el gobierno inglés estaba decidido a proteger el libre comercio hacia Gran Bretaña. Enviaron soldados para vigilar la cosecha de los cereales. Los campesinos trabajaban bajo la mirada de hombres armados. Los barcos que se llevaban los alimentos eran escoltados por la armada. 

El hambre mata muy lentamente. Las víctimas sufren infinidad de enfermedades como el escorbuto, causado por falta de vitamina C.  Se les caen los dientes y la anemia les mata poco a poco. En la última fase, el vientre se hincha por los fluidos. Esta imagen puede verse en las noticias cuando algún lugar del mundo es golpeado por la hambruna. Las hemos visto en Etiopía, la India, Corea del Norte y otros muchos países.

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El invierno de 1846-1847 fue uno de los más gélidos que se recuerdan. Vientos heladores barrían las Islas Británicas. En diciembre de 1847 enormes bloques de hielo flotaban por el río Támesis  en Londres. Los empleados por el gobierno en la construcción de carreteras en Irlanda tuvieron que dejar sus trabajos. Los precios subieron y los irladeses no podían pagar sus alimentos. El gobierno pensó en una solución: proveer alimentos en comedores sociales, soup kitchens. Los dirigían y organizaban los Quáqueros, una sociedad religiosa que creía que los más ricos  debían ayudar a los más necesitados. Recibieron ayuda desde América para su labor. El 23 de enero de 1847 abrieron el primer soup kitchen cerca del río Leffey. Calentaban la sopa en una caldera de metal de 360 litros. Vendían los cuencos de sopa a precio módico: 1 penique por medio litro de sopa y penique y medio por la sopa con un trozo de pan. Aún así, había muchos que no tenían para gastarse esa miseria. En julio de ese mismo año más de tres millones de irlandeses acudían a las filas del hambre para conseguir su cuenco de sopa, hecha a base de carne de ternera, grasa, cebollas y otras verduras, harina, granos de cebada, sal, azúcar moreno y agua, que solo proporcionaba el diez por ciento de las calorías necesarias al día para una persona sana. Así, los campesinos perdieron las fuerzas para trabajar en los campos. 

Muchas familias acabaron en las workhouses (en LA ISLA REBELDE se describen y narran situaciones ocurridas en estos lugares). La mayoría del millón de personas que murieron durante la hambruna lo hiceron por fiebres incontrolables. La pobreza trajo la hambruna y esta llevó a la enfermedad y la muerte. Una quinta parte de la población de Skibbereen, en el condado de Cork, muerieon de cólera en los meses finales de 1846 y primeros de 1847. Los moribundos no se tenían fuerzas para preocuparse de su higiene. Surgieron las epidemias como el tifus y la disentería. Muy pocos de los muertos pudieron ser enterrados en una sepultura. A algunos los enterrarosn en los patios de sus casas, en el interior de las mismas y muchos, en fosas comunes sin ataúdes, todos apilados.

 

 

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