memoria histórica
Antonio Machado y Soria
- Por pascual-lopez-pablo
- El 13/11/2016
- Comentarios (0)
- En Memoria histórica
Si alguien se acerca a Soria sentirá el espíritu de Machado por todos los rincones de la ciudad. Si viaja acompañado de un ejemplar de Campos de Castilla, su lectura le hará penetrar en el alma de la gente y los paisajes de Soria.
El Instituto Antonio Machado
La visita del Instituto de Educación Secundaria, que hoy lleva su nombre, es visita obligada. El aula, donde el poeta sevillano impartía francés a sus jóvenes discípulos, permanece en el mismo estado de principios del siglo pasado. No lejos de este centro de enseñanza, el visitante a Soria se topará con la casa que albergó a don Antonio Machado en sus primeros meses. Aquí, entonces una pensión para huéspedes, conoció a su Leonor. En la vía principal y más viva de Soria está el vetusto Casino donde el poeta pasaba interminables veladas hablando con sus amigos.
Antonio Machado y Leonor
Leonor era hija de la dueña de la pensión. Hay un rumor sin fundamento, extendido por Soria, que afirma que el poeta y la madre se entendían y que, para evitar comentarios malignos, se casó con la hija, una muchacha de apenas 15 años. La boda se celebró en la coqueta Iglesia de Santa María la Mayor, en la plaza del Ayuntamiento. Se recomienda hacer el corto recorrido que los novios (el poeta, de 34 años, y Leonor, en plena adolescencia), caminaron desde la pensión hasta la Iglesia. Aquel día 30 de julio de 1909 la sociedad de Soria, beata y conservadora, no toleró este casamiento y dedicó al novio, en su paseo nupcial, improperios e insultos.
No cabe duda, sea cierto o no el rumor antes aludido, que el amor de Machado por Leonor Izquierdo fue tan real, tan profundo, que solo un enamorado como él pudo escribir esos poemas que dedicó a su musa.
Después de unas temporada en París, donde Leonor enfermó, los Machado volvieron a Soria y residieron en una casa cerca del Mirón. Aquí encontraremos la senda de los enamorados, que baja hacia el río Duero. La pareja hacía cortos paseos, pues la enfermedad de Leonor era un obstáculo.
La tierra de Alvargonzález
Todos conocemos el triste final de Leonor y cómo el poeta quedó destrozado para siempre. Abandonó Soria en agosto de 1912, pocos días después de la muerte de su esposa. Una lápida en el cementerio del Espino, "el alto Espino donde está su tierra", recuerda a Leonor. Posteriormente, Antonio Machado afirmó que la única tierra que nos pertenece es la tierra en donde estamos enterrados. En Soria, el poeta dejó enterrado su corazón y un reflejo de esta amargura vital es su obra La tierra de Alvargonzález.
Es un relato agrio, triste, con unos personajes duros. El poeta quizás quiso describir la dureza de unas gentes, que le abuchearon el día de su boda. Quizás quiso vengarse de la reacción de unos lugareños poco acogedores y uraños.
A pesar de todo, a pesar de esta palpable enemistad de los sorianos de aquella época con don Antonio Machado, no cabe la menor duda de que las tierras, los paisajes, la luz, los campos, las sendas de Soria, cautivaron al poeta y siempre los llevó en lo más profundo de su alma. Y no les guardó rencor, como parecen insinuar estos versos machadianos:
Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza.
Esta cita poética podemos leerla en una estela del camino que bordea el río Duero, serpenteando hasta la ermita de San Saturio. Antonio Machado hacía este camino casi a diario, contemplando los viejos olmos reflejados en las aguas oscuras.
Soria es conocida mundialmente por Antonio Machado. Y el poeta y su poesía son como son por los paisajes sorianos, por sus gentes y por una joven nacida en Soria, Leonor. Un viaje a Soria ciudad y a las tierras del Alvargonzález, camino de la Laguna Negra, darán al viajero lector una visión real de la poesía machadiana.
Portugal: fin de la monarquía
- Por pascual-lopez-pablo
- El 11/11/2016
- Comentarios (0)
- En Memoria histórica
Mi próximo libro aparecerá a finales del año actual o principios del próximo. Está ambientado en Cascais, ciudad monárquica por excelencia, donde los reyes ubicaron su residencia de verano. El lector puede saborear los últimos días de la monarquía en Portugal. Algunos de los personajes que aquí se nombran forman parte de mi nueva obra, mezcla de ficción y realidad.
El día 5 de Octubre de 1910 José Relvas proclamó, desde el balcón del Ayuntamiento de Lisboa, que Portugal era una República y por lo tanto la monarquía decía adiós a casi ocho siglos de existencia.
El último rey de Portugal
El día 3 de Octubre de 1910, el rey Manuel II de Potugal estaba cenando con el presidente de Brasil, Hermes de Fonseca, en el Palacio de Belém, cuando oyeron disparos fuera del recinto real. El presidente de Brasil acabó la cena y se apresuró a su barco anclado en el río Tajo, mientras el rey volvió a su residencia habitual, el Palacio de Nesessidades, en la Plaza del Mercado, en lo que hoy es el Ministerio de Asustos Exteriores, en la misma orilla del río.
Al día siguiente, por la tarde, las granadas, arrojadas desde un barco de guerra situado en el Tajo, golpearon el Palacio residencial. Al rey le aconsejaron que saliera de Lisboa. Buscó refugio en el Palacio de Mafra, a 30 kilómetros al oeste de la capital portuguesa. Allí se le unieron su madre, la Reina Amélia de Orleans y Braganza, y su abuela, Doña María Pía de Saboya, que había llegado desde Sintra.
Al Palacio de Mafra llegaron las noticias de la proclamación de la República y la familia real fué trasladada al pueblo pesquero de Ericeira donde subieron al yate real Amelia. Fué una despedida sombría y triste. La reina, la última reina portuguesa, dijo adiós a la gente del pueblo y afirmó que volvería. Y lo hizo, pero 35 años después. Su hijo, que entonces tenía 21 años, fué el último rey de Portugal. Moriría en Fulwell Park, Twickenham, cerca de Londres, en 1932, a la edad de 43 años.
De la Monarquía a la República: razones del cambio
El partido republicano, fundado en 1876, ganaba año tras año más apoyo entre la clase media y las élites intelectuales. Había organizaciones republicanas en cada ciudad de Portugal lo mismo que en las colonias. La constitución monárquica garantizaba la libertad de expresión, desde el año 1822.
Los republicanos se centraban en dos ideas clave: el anticlericalismo y el patriotismo. A la Iglesia y, en especial, a las órdenes religiosas se les culpaba de todo lo negativo de la sociedad portuguesa: la corrupción muy extendida, el estado lamentable de la educación y el atraso del país.
Po otra parte, el rey Carlos I accedió a las peticiones inglesas y retiró sus tropas de los territorios ocupados a lo largo del Nilo, en Enero de 1890. Así los ingleses pudieron explotar las riquezas de esta zona, que legítimamente pertenecía a Portugal, de acuerdo con la Conferencia de Berlín de 1872.
Al rey lo acusaron de traidor, débil y poco patriota, culpándole de la humiliación sufrida por el ejército portugués y las finanzas. El desenlace fatal de este hecho fué el asesinato del rey y de su hijo, el príncipe heredero Luis Felipe. Tres miembros del brazo armado del Partido Republicano fueron los ejecutores. Sucedió el 1 de Febrero de 1908.
Antonio Machado y la guerra civil
- Por pascual-lopez-pablo
- El 09/11/2016
- Comentarios (0)
- En Memoria histórica
Antonio Machado había reflejado en sus versos la gran barrera ideológica de los dos bandos enfrentados en una Guerra Civil espantosa y destructiva:
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Su vida estuvo dedicada a la enseñanza de los adolescentes, a la poesía, a la difusión de los valores democráticos.
Antonio Machado y la República Española
Machado se declaraba en el fondo como un hombre bueno. Sus poesías reflejan una confianza en la bondad de los hombres y en la relación Naturaleza y ser humano. Su ateísmo le alejaba de la España más reaccionaria. Quizás por eso, era objetivo prioritario de los sublevados contra la República, mezcla de milicia soldadesca y eclesiástica, que tenían a Dios y a la Patria como ideales.
Antonio Machado, al igual que Federico García Lorca, era la antítesis de la guerra. Poeta y profesor, sus dos profesiones, distan mucho de ser beligerantes. Participó en las misiones pedagógicas, como el poeta granadino, instauradas después del triunfo de la República y el final de un sistema monárquico, demasiado condescendiente con los grandes (terratenientes, obispos, nobles, banqueros...) y alejado de la realidad de una sociedad pobre y analfabeta en su mayoría.
La República supuso una llegada de aire fresco, de ilusiones renovadas para Antonio Machado. Eran tiempos de esperanza, de construir una sociedad más justa y más culta.
Antonio Machado en 1936
A principios del mes de julio de 1936, Antonio Machado vivía en Madrid. Lejos quedaban los tiempos de Soria, Baeza y Segovia. Todos comentaban la inminencia de un golpe militar. El Gobierno de la República creía que, aún sabiendo que era inevitable por la radicalidad de la situación política, sería capaz de hacerle frente. Los militares golpistas triunfaron a medias.
Madrid resistió, pero en noviembre de 1936 quedó sitiada por las fuerzas rebeldes. El Gobierno de la República evacuó a Valencia a todos los intelectuales. En Valencia se instaló Machado con casi toda su familia en la Casa de la Cultura y posteriormente en Rocafort, donde encontró la serenidad que buscaba. Su hermano Manuel, con el que compuso alguna de sus obras, fue sorprendido en Burgos durante el golpe y se puso a favor del bando franquista. Una barrera infranqueable se interpuso entre los dos hermanos. Manuel, símbolo del bando nacional y Antonio, defensor de las ideas de la República.
En febrero de 1938 debe marcharse con su familia (su madre, su hermano José y su mujer y tres hijas) a Barcelona, ante el asedio de la ciudad levantina. En Barcelona, como había hecho en Valencia, dedicará sus esfuerzos literarios a la defensa de la República, con sus artículos en los periódicos, firmando como Juan de Mairena.
Antonio Machado, el final
En la medianoche del 22 de enero de 1939, con Barcelona asediada y bombardeada, la familia Machado sale para Gerona, en una caravana de vehículos que transportan a las personalidades del mundo cultural y científico. Gerona está colapsada por los que huyen del frente. Los Machado deben buscar refugio en Raset. El día 26 de enero cae Barcelona en poder del bando franquista. La noche del 26 al 27 de enero es la última noche de Antonio Machado en España. Fue en Mas Faixat.
El día 27 se dirigen a la frontera con Francia. El tiempo es infernal, helador, lluvioso. Pasan la noche en un vagón vacío de la estación de Cèrvere. El poeta y su madre, gravemente enfermos, apenas pueden moverse. La embajada de España en París se hace cargo de los gastos del pequeño hotel de Collioure, donde se hospedan, a partir del 29 de enero.
La salud del poeta, asmático, empeora día a día. Muere la tarde del 22 de febrero de 1939 a los 65 años. Su madre Ana fallece el día 25 tras varios días en coma. Al poeta lo entierran en un nicho que una amiga de la propietaria del hotel le cede. Su féretro fue llevado al cementerio de este pueblo marino a hombros de milicianos republicanos, envuelto con la bandera tricolor. A su madre la enterraron en una fosa común, destinada a los pobres.
Triste final para un hombre bueno.