día mundial del agua

Día mundial del agua: 22 de Marzo

DÍA MUNDIAL DEL AGUA

 

El Día Mundial del Agua se celebra anualmente el 22 de marzo como un medio de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de los recursos de agua dulce. El 22 de marzo es una oportunidad de aprender más sobre temas relacionados con el agua, sirve de inspiración para compartir los problemas relacionados con el agua y tomar medidas para cambiar la situación. El Día se remonta a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 en la que se propuso declarar una fecha dedicada a este asunto.

Estas son algunas de las reflexiones de la ONU sobre EL AGUA, EL CAMBIO CLIMÁTICO Y DESASTRES (Marzo de 2010):

 

- El agua es el principal medio a través del cual el cambio climático influye en el ecosistema de la tierra y de esta forma en los medios de vida y el bienestar de la gente. Los efectos del cambio climático relacionados con el agua ya se están haciendo sentir en forma de sequías e inundaciones más severas y frecuentes.

- Se prevé que las mayores temperaturas y los cambios extremos afecten la disponibilidad y la distribución de las precipitaciones, la fusión de las nieves, el curso de lo ríos y el agua subterránea y deterioren aún más la calidad del agua. Es probable que los pobres, que son los más vulnerables, sean los más afectados adversamente.

- El sentido de urgencia para la adaptación al cambio climático y el reconocimiento de la función fundamental del agua aún no han penetrado en el mundo político y a menudo no se reflejan en los planes nacionales o en las carteras internacionales de inversión donde las medidas de adaptación están subrepresentadas en la ordenación de los recursos hídricos. En consecuencia, son necesarios importantes cambios en los ámbitos de la inversión y las políticas.

- El cambio climático es un problema complejo que ha generado una mayor conciencia sobre la necesidad de una respuesta de colaboración integrada, multisectorial y multidisciplinaria. Además del ámbito normal del agua, los encargados de adoptar decisiones en otras esferas (finanzas, comercio, energía, vivienda, planificación regional, agricultura, etc.) deben utilizar el agua de manera eficiente. La ordenación y el aprovechamiento sostenibles del agua desempeñarán un papel fundamental en la preparación de las sociedades para adaptarse al cambio climático con el fin de aumentar la capacidad de adaptación y alcanzar los objetivos de desarrollo. Requiere cambios normativos, inversiones y cambios en la manera en que se abordan las cuestiones relativas al agua en las estrategias de desarrollo y los presupuestos.

- Desde el punto de vista de la oferta, el cambio climático afecta directamente el ciclo hídrico y, a través de este, la cantidad y la calidad de los recursos hídricos disponibles para satisfacer las necesidades de las sociedades y el ecosistema. Puede dar lugar a precipitaciones de mayor intensidad que ocasionen mayores escorrentías máximas pero una menor recarga de las aguas subterráneas. El retroceso de los glaciares, el derretimiento del permafrost y los cambios en las precipitaciones de nieve a lluvia pueden afectar los caudales estacionales. Es probable que los períodos sin lluvias más prolongados reduzcan la recarga de las aguas subterráneas, disminuyan los cauces mínimos en los ríos y afecten la disponibilidad del agua, la agricultura de riego, el abastecimiento de agua potable, la producción fabril y de energía, el enfriamiento de las centrales térmicas y la navegación. La mayor intensidad de las lluvias, el derretimiento de los glaciares y la deforestación a gran escala están aumentando la erosión del suelo y privando de nutrientes a las capas superficiales del suelo. Los cambios en el funcionamiento adecuado de los ecosistemas acentuarán la pérdida de biodiversidad y dañarán los servicios proporcionados por los ecosistemas.

- El aumento de los niveles del mar tendrá un grave efecto sobre los acuíferos costeros, que constituyen una importante fuente de abastecimiento de agua para muchas ciudades y otros usuarios2 . Tendrá severos efectos en la producción de alimentos en las principales regiones de delta, que en muchos países son las principales zonas productoras de alimentos. Esto también tendrá un profundo efecto en los ecosistemas costeros, incluida la pérdida de productividad de los estuarios, los cambios en las islas litorales, la pérdida de humedales y la mayor vulnerabilidad a la erosión costera y las inundaciones.

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- Los acontecimientos meteorológicos extremos se han vuelto más frecuentes e intensos en muchas regiones, lo que ha dado lugar a un aumento en la magnitud de los riesgos relacionados con el agua. Al mismo tiempo, los cambios demográficos están exponiendo a más gente a mayores riesgos de inundación, ciclones y sequías. Las repercusiones de las grandes inundaciones recientes, que han ocasionado muchas muertes y tenido un costo de miles de millones de dólares en concepto de daños, son una indicación de lo que podría ocurrir a consecuencia de una mayor variabilidad climática en el futuro. Por otra parte, las sequías más intensas de la última década, que afectaron a un número creciente de personas, han sido vinculadas al aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones. En su cuarto informe de evaluación, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático llegó a la conclusión, con un alto grado de fiabilidad (90% de probabilidad), de que aumentará la extensión de las zonas afectadas por la sequía.

- Varios sistemas agrícolas densamente poblados de los países en desarrollo están en peligro a consecuencia de los efectos del cambio climático. Se prevén severas reducciones de las escorrentías fluviales y de la recarga de los acuíferos en la cuenca del Mediterráneo y en las zonas semiáridas de África meridional, Australia y el continente americano, que afectarán la disponibilidad de agua en regiones que ya están sometidas a presiones. Las extensas zonas contiguas de tierras de regadío asociadas con los deltas fluviales están en peligro a consecuencia de una combinación de reducción de los flujos, cambio en los ciclos anuales de inundaciones, y aumento de la salinidad y del nivel del mar. En los sistemas de regadío que dependen de glaciares de montañas elevadas para obtener agua, los períodos de alta escorrentía avanzarán hasta principios de la primavera, cuando la demanda de agua para riego todavía es baja. Además, el aumento de las temperaturas incrementará la demanda de agua para los cultivos. Todavía resta mucho por hacer para enfrentar la escasez de agua con una gestión integrada de la demanda y la oferta, incluido el aumento de la infraestructura de almacenamiento de agua (agua superficial y agua subterránea), el aprovechamiento de las cuencas hidrográficas, la recolección de agua de lluvia, la conservación del agua y una serie de iniciativas comunitarias, con una mucho mejor integración de la ordenación de las tierras y el agua

- El cambio climático influirá en la salud humana mediante efectos de diversa índole relacionados con el agua. Los cambios en la composición de los ecosistemas acuáticos afectarán la situación nutricional y la exposición a riesgos sanitarios y el acceso a los servicios de salud para las comunidades cuyo sustento está vinculado a esos ecosistemas. En particular, la aparición de invasores oportunistas, como las cianobacterias en los lagos y embalses, planteará nuevos problemas para las empresas de servicios de agua potable. Se ha producido un resurgimiento de las enfermedades ocasionadas por vectores acuáticos en zonas donde históricamente los programas de erradicación habían tenido éxito, y han surgido nuevas enfermedades transmitidas por vectores en zonas donde previamente eran desconocidas (por ejemplo, la transmisión del virus chikungunya en Italia y la propagación constante del dengue). Si bien es difícil identificar los diferentes factores que impulsan los cambios, no puede excluirse el papel que desempeña el cambio climático. La reducción de la nutrición y del acceso al agua potable para el consumo humano y la higiene personal puede poner en peligro la salud humana básica y, en particular, afectar la carga sanitaria ocasionada por las enfermedades diarreicas. La desnutrición causada por la escasez de agua y la no disponibilidad de agua potable durante las inundaciones debidas a lluvias extremas pueden ocasionar brotes de enfermedades relacionadas con el agua. Es posible que se generen nuevos criaderos de mosquitos y de otros insectos que transmiten enfermedades. Los recursos de aguas subterráneas también pueden necesitar mejor protección contra la contaminación ocasionada por las precipitaciones extremas y las inundaciones.