bomba atómica

La guerra atómica

 

LA GUERRA  ATÓMICA 

En agosto de 1945 se llevaron a cabo las únicas dos detonaciones de bombas atómicas con fines bélicos hasta la fecha, durante la Segunda Guerra Mundial. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki marcaron historia, pero desde entonces la tecnología en materia nuclear ha avanzado mucho. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con gran parte del territorio en donde fueron lanzadas por los Estados Unidos y durante décadas esas regiones sufrieron las consecuencias de la radiación. Eso, con un potencial de apenas 15 kilotones y 21 kilotones respectivamente.

Los hongos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, con toda la destrucción que ocasionaron, no alcanzan los 10.000 metros de altura, mientras que las bombas atómicas actuales norteamericanas B83 y Castle Bravo generan nubes de hongo de más de 20.000 y 30.000 metros de altura respectivamente. La Bomba del Zar rusa, con su hongo nuclear de más de 40.000 metros de altura, es la de mayor potencia.

Actualmente el 92% de las bombas atómicas están bajo el control de solo dos países: Estados Unidos (que posee 6.970 unidades) y Rusia (que posee 7.300 unidades). Esta última a su vez tiene en sus planes el desarrollo de una bomba atómica con el doble del potencial de la Bomba del Zar, alcanzando los 100 Megatones. Esta bomba fue responsable de la mayor explosión ocasionada por el ser humano hasta la fecha. Su detonación fue a unos 4 kilómetros al norte de Nueva Zembla, un archipiélago ruso, pero tuvo tanto poder que la onda de choque rompió vidrios a más de 900 kilómetros de distancia.

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Existen más de 15.600 bombas atómicas en el mundo hoy en día, e Hiroshima se queda muy corta en potencial si la comparamos con los dispositivos nucleares modernos. Lo que todo el mundo desea es que no se utilizen. Que el dictador de Corea del Norte no desate un conflicto mayor entre las potencias nucleares reales, los dos estados que tienen mayor capacidad de destruir el mundo: Estados Unidos y Rusia. Porque no nos equivoquemos, las mayores atrocidades contra el planeta en los últimos 70 años las han cometido ellos. Con la guerra en Ucrania, país invadido por Putin con escusas intolerables, la posibilidad de un ataque nuclear no es imposible. El número de muertos en Hiroshima fue de 70.000, más otros tantos heridos. De éstos, la mitad lo fueron por los efectos mecánicos de la explosión,  por la onda de presión o de choque y por quemaduras debidas a los incendios; una cuarta parte por quemaduras instantáneas producidas por la llamarada o fogonazo de la explosión, o, en términos más técnicos, por la onda de calor y un 1 5% por quemaduras y destrucción de tejidos causada por los rayos gama, una especie de rayos X muy potentes, que se producen en el estallido de la bomba. El 90 % de las muertes ocurrieron dentro de una distancia de 2 kilómetros y medio de la vertical de la explosión . Todos estos datos se refieren a las primeras bombas de uranio, que tenían un poder explosivo equivalente a 20.000 toneladas de trinitrotolueno. Las modernas bombas de hidrógeno pueden fabricarse de una potencia ilimitada. Se han construido y probado bombas de un poder igual y aún superior a 20 millones de toneladas de trinitrotolueno (20 megatones), mil veces más poderosas que la usada en Hiroshima. Esto no quiere decir que su efecto destructor sea 1.000 veces mayor. El radio de destrucción de una bomba debido a la onda de choque, es proporcional a la raíz cúbica de su poder explosivo . Una bomba mil veces más potente produce igual destrucción en un radio solamente diez veces mayor. Hemos visto que en Hiroshima el radio de destrucción completa fue por lo menos de 1 milla. Una moderna bomba de hidrógeno de 20 megatones destruiría  totalmente, una superficie de 83.000 hectáreas. Esto significa que bastaría una sola de estas bombas para destruir Londres o Nueva York o Moscú o cualquiera de las grandes ciudades del mundo, con una parte de las aglomeraciones urbanas que las circundan.